martes, 6 de diciembre de 2011

EL PALILLO MÁGICO



En alguna ocasión he comentado que me encanta la magia. Y desde hace tiempo voy por los colegios creyendo que un poco de ilusión y fantasía suman más que multiplicando todos los números del libro de matemáticas.
No soy mago, ya quisiera yo… más bien un aprendiz de crear sorpresas para aquellos que son más aprendices que uno, y que por suerte se dejan sorprender.
Y así fue como la ASOCIACION ASPANION me invitó hace un par de veranos a que me convirtiera en un mago especial en un hospital de Valencia.
Y allí llegué con mis cartas, mis historias y mis juegos… y que mejor público que aquel, que en una mañana de playa, de arena y sol, tumbados en una cama consiguieron que yo, que no soy mago, hiciera mi mejor función.
Y para acabar el juego del palillo mágico… un palillo que encuentra tu carta y, desde no se sabe dónde, la hace aparecer… y el palillo mágico era mágico de verdad, pues después de hacer que apareciera la carta, apareció en un rostro callado una sonrisa que ya no se pudo callar… y de repente, la sorpresa final, el palillo mágico, sin decir adiós, desapareció… y todo el mundo en aquella habitación de aquel hospital se puso a buscarlo… niños, padres, enfermeros y médicos… todos, todos buscando el palillo… y yo supe que ya no lo volvería a ver más.
No he vuelto a hacer magia.
Aunque en aquella mañana de ilusión jugamos a que nuestro mundo es un reino de fantasía, la realidad sigue escondida entre la sombras y no la puedo hacer desaparecer.
Sigue la vida su destino y si todos lo intentamos, con un abracadabra y un poquito de magia, seguiremos escuchando el sonido de una sonrisa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu magia es especial y encantadora.
Hacer sonreir a un niño provoca también tu sonrisa y eso es doblemente especial.Ahora estoy sonriendo yo,GRACIAS.

Beatriz dijo...

:)