sábado, 14 de julio de 2012

COSAS QUE NO SABRÍA SI NO FUERA MAESTRO


Ahora que ha terminado en el colegio echo de menos a esos pequeñines que, la verdad, son vida...
Pero también hay momentos en los que uno no sabe en dónde meterse... o meterlos...
Pero el que es maestro o maestra me entiende... y aunque no corren buenos tiempos para nosotros en particular y para España en general, en septiembre volveremos con nuevas ilusiones, con nuevas esperanzas... porque nosotros intentamos enseñar, pero en realidad lo que no dejamos nunca es de aprender...
Os dejo aquí unas frases de lo que no sabría uno si no fuera maestro... son cosas que ocurren habitualmente, y reconozco que está un poco exagerado y es posible que no todo el mundo esté de acuerdo (pido perdón por la ironía y por cierto vocabulario que es posible no esté en el diccionario... ) Queda abierto a futuras ampliaciones si algún lector tiene a bien compartir sus pensamientos....
  
                 COSAS QUE NO SABRÍA SI NO FUERA MAESTRO

1. Siempre que a un niño pequeño se le sale la zapatilla jugando en el patio, el pie le ha crecido dos tañas más… Y aunque te ponga cara de pena diciéndote “pome” “pome”, tú no eres capaz de ponérselo ni con tres calzadores, y solo atinas a pensar “cómo leches a metido el pie este niño aquí”


2. El chorizo y el salchichón siempre se precipitan desde el bocata al suelo de los pasillos del colegio o en medio de la clase, lo hacen, al parecer, en un acto de desesperación para escapar de la fauces de esos pequeños monstruos… que me lo han contado a mí… Y allí viven hasta que llega el servicio de limpieza.

3. La papelera de la clase se llena con una bola de papel plata y con eso que no sé cómo se llama y que sale después de sacar punta… el resto de papeles caerá por los lados de la papelera, al estilo chorizo y salchichón…

4. Por cierto, la papelera es un lugar cojonudo de reunión para los niños, que conversan tan ricamente de sus cosas…

5. Un colegio no es un colegio sin unos trabajadores de ayuntamiento al lado taladrando el asfalto… y los oídos de todo el personal… Luego, cuando nos vamos de excursión al monte, los niños están asustados por ese misteriosos silencio… la verdad es que desde pequeños ya nos acostumbran al ruido.

6. El papel de plata tiene vida propia y siempre empieza a sonar 5 minutos antes de que sea la hora del patio, acompañado por estuches que se cierran y sillas que se mueven entre nervios… se acabó la clase.

7. La sirena tiene un poder que lo flipas. Tú, maestro explicativo y explicador, que no sabes que la cantidad de información que das es inversamente proporcional a la que ellos asimilan, te quedarás con la palabra en la boca o hablando al aire del vacío si toca la sirena… entonces, en un acto de orgullo, gritarás: “Ya os podéis ir” y te quedas pensando cómo han podido oír la sirena entre los ruidos del papel de plata, las sillas y la taladradora…

8. El niño que se esconde detrás del estuche no ha hecho los deberes y el de delante que mira por la ventana tampoco… vamos, ponles un negativo ya…

9. El maestro, que es un cabroncete con estudios, no le preguntará a la niña con coletas repipi, no, ni tampoco al niño que levanta la mano… le preguntará al panoli que se esconde detrás del estuche… lo que me lleva a dos apreciaciones:

A. Si seguimos perdiendo el tiempo así no acabaremos nunca el libro, y eso, como todo maestro sabe o debería saber, es terrible, tanto como no tener calefacción o que mi nene se quede sin excursión…

B. Niño que no hace los deberes, no ves que el estuche no es un buen escondite… escóndete detrás del cabezón… aunque yo lo hacía y me pillaban… es más, hubo una época en que yo era el cabezón…

10. Siempre, a primera hora, vendrá un niño o una niña a contarte que ayer por la tarde se fue a casa de su primo, al parecer, acontecimiento único… al rato, ese niño se esconderá detrás del estuche

11. Los niños se hacen pipí a cualquier hora, y tienen necesidad de contártelo…

12. Si entra una avispa los niños se acojonan igual que el maestro… y la clase se acabó.

13. Si entra el inspector el único que se acojona es el maestro, los niños, ajenos al acojone, empezarán a saltar por las mesas y a gritar… tú solo atinas a explicarle a ese señor malcarado y taciturno: “perdone señor inspector, es que ha entrado una avispa” Esto no cuela, ya os lo digo yo… otra opción es ponerte a llorar para causar penilla y ablandar su corazoncillo…

14. En el caso de que haya algún inspector leyendo esto (cosa rara, porque tienen mucho trabajo y son muy serios) pues que perdone lo de malcarado y taciturno, los hay muy simpáticos y guapetes…

15. El niño del final nunca ve la pizarra y hace falta que le pongan enormes gafas para que tú, buen maestro, lo coloques en primera fila…

16. Lo de las gafas guarda relación directa con el aprendizaje o inteligencia para aprender… “su niño no sabe leer” “es que está al final de la clase y no ve la pizarra… pero le vamos a poner unas gafotas” “ah, eso está muy bien, así aprovecharé yo para ponerlo en primera fila, que me sobra un hueco”… y el niño aprendió a leer gracias a las gafas y a estar en primera fila… Y es así, desde que llevo gafas soy más listo, vamos, dónde va a parar…

17. A mitad de curso descubres que a Pepito no lo puedes sentar al lado de Juanito, ni a Miguelito con Luisito, ni María con Cristina, ni con Juanito, ni con Pepito… Vamos, que no puedes sentar a ninguno al lado de otro… Entonces, como buen estratega y organizador (cosa que aprendiste en los tres años de magisterio) decides ponerlos de uno en uno, en fila y a mala leche, pero como la ratio ha aumentado y tienes 40 niños en una clase más pequeña que un garaje, que parece la playa de Benidorm en pleno mes de Agosto, da igual ponerlos separados porque siguen juntos… Y todos llevan gafas y todos necesitan estar al lado de la pizarra, que a ti te pone de un genio, pues colocas al niño a medio palmo de la pizarra y el crío solo hace que esconderse detrás del estuche, tocar las tizas (esto es un eufemismo) o mirar hacia atrás (no sé si mirando con nostalgia su sitio de antes, si pensando eso de “yo antes estaba allí”, o es que no sé encuentra con las gafas y anda perdido enfocando a todos los lados)

18. El niño empollón que siempre saca un 10 llora cuando saca un 9’5… entonces descubres que te has equivocado al sumar y en realidad tiene un 10, pero al niño ya no hay quién le quite el berrinche y entre lágrimas amenaza con chivarse a su padre…

19. El niño que ayer estuvo en casa de su primo y ya te lo contó a las nueve tiene perdidas inoportunas de memoria e interrumpe tu magistral explicación para decirte que ayer estuvo en casa de su primo… (que ya la primera vez te importaba poco)

20. Los lápices esos que valen 20 un euro les puedes estar sacando punta todo el año, pero nunca escribirán, la punta siempre se cae, es más, si les sacas punta en un sacapuntas de 50 céntimos de plástico, la punta se queda dentro del sacapuntas… eso nos lleva a dos anexos… 1. Los niños que llevan esos lápices se relacionan muy bien en la papelera y hacen músculos… 2. Si sumamos los de la avispa, lo de la entrada del inspector, lo del taladro, lo del niño que no ve la pizarra, lo del niño que te cuenta que ayer estuvo en casa de su primo, los de la papelera, lo del papel de plata antes del recreo, lo de perder 10 minutos preguntando al niño que se esconde detrás del estuche, lo dela batallita que el maestro le da por contar, que viene Navidad, semana santa, fallas… el día del simulacro, el de la paz, carnaval, el de la mujer, lo del niño que se hace pipí, siéntate nene, cállate ya, que espeso estoy hoy… y muchas más cosas, si sumamos ese tiempo necesitaríamos trabajar las 24 horas del día para acabar el libro que es lo más importante del colegio… y a veces, con todo, lo acabamos…

21. El niño que sale a la pizarra, o necesita una escalera para poner la última palabra o se pone de rodillas y le falta pizarra, pared …

22. Si algún niño ríe tus chistes, es un pelota… tras una colleja certera en el patio no volverá a reírse

23. Hace un día soleado hasta la hora del patio, en ese momento comenzará el diluvio universal… y si te piensas que los niños se van a quedar almorzando sentaditos en su sitio, vas apañado

24. Los niños vuelven del recreo como si hubieran jugado mil partidos y siempre llenos de barro aunque en el patio no haya… en el caso de que el patio tenga arena, en un par de recreos la arena estará en tu clase, solo te faltarán las palas, los cubos y los lindos rastrillos, para hacer un hermoso castillo…

25. En el momento que los obreros dejan de hacer ruido con el taladro, siempre se oye al fondo un pedete… tu chiste no es gracioso, pero el pedete, eso es un show…

26. La fecha de los exámenes no viene nunca bien y será retrasados todo lo que se pueda… al final se hacen dos o tres el mismo día, o hay que ir el fin de semana… al que se esconde detrás del estuche le da igual…

27. Hablando del que se esconde detrás del estuche, el estuche lo tiene vacío, porque sus lápices, goma y bolis están por el suelo, y su cartera tiene un agujero negro que se traga los libros… Pero es un tío con suerte, y el día de la elección de delegado tus mayores temores se convierten en realidad… El tío se presenta… y lo peor es que gana… Ese es el instante en el que como buen maestro empiezas a dar ejemplo de democracia: “Creo que hemos contado mal, hay que volver a votar… esta era de prueba… no votéis por simpatía… el delegado tiene mucha responsabilidad y os representa a todos… “ y si con esto ves que no es suficiente, pasas al plan B: acojonar al pobre muchacho: “pues te vas a quedar sin jugar al fútbol todo el año para ir a reuniones… allí no dejan entrar con estuche… y te tendrás que quedar por las tardes… y mucho más” y esto, os lo aseguro, no falla…





1 comentarios:

Mari Carmen dijo...

Jajajajajajaja, vamos real como la vida misma!!!
Ese es mi día a día, NO FALLA!!!

Creo que todas esas situaciones que has contado, las he vivido y con creces (señal de que ya soy "mayor", jeje)

Por cierto.........y aquí te cuento yo una!!! El niño de infantil que se pasa todos los días llorando porque quiere galletas de chocolate y su mamá siempre le pone galletas "María" sin chocolate. Hasta que llega un día en que el niño trae galletas de chocolate, y tú le dices tan contenta.....Ohhhhh, hoy tienes galletas de chocolate; pero a medida que te vas acercando al niñ@ vas descubriendo un "extraño" olor que no es precisamente a chocolate.
Socorro, el niño acaba de venir del baño.......de qué son las galletas????

Real como la vida misma, a mí me ha ocurrido.

Y como esta anécdota, miles, jajajajjajajaja

Otro día te cuento más!!!!

Besitos