lunes, 26 de noviembre de 2012

EL POBRE GARCÍA

A mediados de los cuarenta fue uno de Los últimos de Filipinas... Bailarín, boxeador, cómico, actor, escritor, cantante, compositor, director y Tony Leblanc... una persona inimitable.
Santiago Segura dice que de pequeño era su ídolo. Para muchos fue el padre y el tío de Torrente, y yo me alegré de verlo de vuelta, pues es un placer ver en la pantalla del cine a un actor que también marcó mi infancia.
Miguel Juan Payán comenta en su blog que el año pasado les puso a sus alumnos de cine un fragmento de "Los Tramposos" y aquellos jóvenes, ajenos la mayoría a la época dorada del actor, rieron 60 años después... Su humor es eterno... Galán con labia y pícaro urbano ... De aquí, de Madrid, tanto que se disfrazaba de miembro de la Cruz Roja, junto a los no menos míticos José Luis López Vázquez y Manolo Gómez Bur, para colarse en Chamartín y poder ver el fútbol...  ¡Y que se esperara el que se sofocaba o le daba un mareo, que él tenía que ver el penalti!...
Cantó con Concha Velasco La chica ye ye en Historias de la Televisión y le acompañó en una infinidad de películas junto a Alfredo Landa.
Fue un cómico de televisión, creando personajes y antecesor de monólogos... Y es que sus frases en las películas eran geniales:
En Las chicas de la Cruz Roja (donde era el novio celoso de Concha Velasco) le arreglaba de urgencia el coche a un señor apretando un tornillo... "¿Cuánto le debo?" "Pues son cien pesetas" "¿Cien pesetas por apretar un tornillo?" "No, cien pesetas por saber que tornillo hay que apretar... "
Así era Tony Leblanc, ¿famoso por ser cómico? No, famoso por saber cómo hacernos sonreír...
Y encima era un tío humilde, amigo de sus amigos...  Un caballero...  En una entrevista (creo que fue de Sardá) hablando de su vida y de los actores de comedia, de cine, revista y teatros de los años 50, comentaba que siempre se sintió querido por el público, pero al que admiraba (y yo me sumo) era a José Luis Ozores, que ya podía estar él o el mejor actor en escena, que cuando salía Ozores y abría la boca ya nadie podía mirar a otro sitio... Ya era Tony Leblanc uno de mis ídolos, pero esa frase me emocionó y me hizo quitarme el sobrero... Ser bueno y reconocerlo en otro es ser mejor...
Si ya se le veía en El tigre de Chamberi entrenando a José Luis Ozores para que fuera el campeón de boxeo... "No te toca tigre, no te toca, sigue, tú sigue" le decía guasón al Ozores, y el otro en el ring, con los ojos morados, se giraba y le comentaba: "Pues mira que a lo mejor hay otro porque a mí me están poniendo bueno..."
El otro día vi una película que dirigió a comienzos de la década de los 60... Otros tiempos, otro cine... Su personaje era el de casi siempre, pero tan distinto como siempre. Un padre que al ser despedido realiza todo tipo de trabajos para conseguir que su hijo (su propio hijo, Tony Leblanc Junior) pueda ser feliz... Otros tiempos... Y él, con su humor de siempre pero lleno de buenas intenciones, logra que su hijo esté orgulloso de él...  Su hijo, nosotros y hasta Lina Morgan que pasaba por allí para dejarse caer, con su meneo de pierna, en sus brazos... El pobre García, así se titulaba la peli... Y esa es la imagen que guardo de Tony Leblanc... Un hombre sencillo que fue un gran actor... un gran padre... un gran hombre...

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jueves, 22 de noviembre de 2012

¿CÓMO ESTÁN USTEDES?...

              BIEEEEEEEEEEENNNNNNN¡¡¡¡¡¡¡



"Aquel león con su larga melena y sus garras afiladas rugía fiero ante la figura de ese hombre valiente, de látigo en mano y taburete en la otra… y las pequeñas pupilas de un niño daban vueltas en su mirada, sorprendidas por un espectáculo tan real… A un lado su madre, disfrutando de la alegría de su hijo, acariciándole el cabello, al otro su padre, orgulloso, sujetándole la mano, en un acto de inconsciente protección.
Osos que parecía que cantaban canciones, jóvenes revoloteando sobre la grupa de hermosos caballos, serpientes encantadas que bailaban melodías, hombres que levantaban mundos con su fuerza, angustiadas personas que tan solo tenían bajo sus pies una cuerda en la que dejar sus huellas, y bajo ella, el abismo; acrobacias, fantasías, magia con conejos, flores y palomas; un universo diferente donde la vida son los sueños, un universo con elefantes tocando trompetas, entre mariposas que vuelan en un trapecio sin red… un universo sin medida; ¡hombres y mujeres, niños y niñas, pasen y vean el mayor espectáculo del mundo: el circo…! y en medio de la pista pintando al público en un cuadro de sonrisas, ellos… los payasos."
LA SONRISA DE UN PAYASO

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jueves, 8 de noviembre de 2012

PALABRAS DE CARAMELO DE GONZALO MOURE

Las palabras no son solo para dejarlas escapar con el aire... ni para que retumben en tus oídos aunque no las quieras escuchar... Las palabras nacen más allá, en algún rincón de nosotros, y hasta las más sencillas, las que no se saben solas poner de pie y comenzar a caminar, guardan un mundo para compartir... Y brotan en las miradas, en las manos... en unos labios que no dejan de sonreír ... Y cuando ellas hablan, las palabras que no se oyen, es como si el silencio no se pudiera callar... Para convertirse en los versos de un poema con sabor a caramelo...


Unos compañeros me han pedido que les recomiende libros para niños. No soy mucho de decir "esto, Sí", pues no deja de ser mi opinión, pero a uno le gusta leer, y hay historias que cuando entran por tus ojos y comienzas a pensar que alguien la escribió para ti, esas historias te acompañan siempre y seguro que también fueron escritas para otros... Y esas son las que hay que compartir...
"Palabras de Caramelo" es un libro hermoso, que llega para quedarse y remover los trastos que has ido guardando en ti, para echar por alguna ventana aquellos que solo ocupan lugar y no hacen más que estar en medio y molestar... No voy a contar la historia, porque tenemos que leerla. Pero sí quiero escribir palabras sobre su autor: Gonzalo Moure, escritor sensible y lleno de un espíritu luchador, que camina entre las palabras de su libro para sentarse en medio de él, pues Gonzalo Moure conoce en primera persona los campamentos de refugiados del Sáhara donde transcurre palabras de caramelo... Que empieza así:

HUBO UNA VEZ
UN NIÑO SORDO

que amaba un camello. El niño se llamaba Kori, pero no podía saberlo porque no oía nada.

El niño se llamaba Kori, pero bien se podría llamar Fatimetsu, pues como nos comenta el autor:

"... Durante horas, allí en el Sáhara, charlamos con las manos y el corazón (Fatimetsu y él) y me enseñó un mundo de silencios e ideas hermosas. Para ella es este libro"

Gracias, Gonzalo, por compartir tus palabras con nosotros...

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jueves, 1 de noviembre de 2012

ANTÓN RETACO

El otro día tuve la suerte de encontrarme en un mercadillo solidario un ejemplar de "Antón Retaco" de la gran María Luisa Gefaell...
Este es un libro de mi infancia... desde que un pequeño fragmento aparecía en mi añorado LIBRO DE SENDA... Años después, Federico Martín Nebras, cuentacuentos eterno, nos recomendaba la obra entera de Gefaell... "Las hadas de Villaviciosa de Odón"...  "Antón Retaco"
¿Quién no ha soñado de niño viajar de pueblo en pueblo como un titiritero?...
Más allá de la canción de Serrat, ahora que me hago mayor me siento un poco Antón Retaco, de colegio en colegio, dejando una palabra aquí, alguna allá... Un cuento, una historia... la búsqueda de una sonrisa... Como decía Antón:
"Solo cuando hacía tonterías en funciones y aquel corro de gente se reía, me parecía que yo era algo, que yo era la risa de ellos..."

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