Este ha sido un año de animales, cinematográficamente hablando... Hemos tenido gatos con botas, pingüinos que volvían más loco a Jim Carrey, elefantes que necesitaban agua y allí estaba el de Crepúsculo para dársela, un perro simpatiquísimo que no ladra porque la peli es muda, lobos furiosos que querían comerse a Liam Neeson, el caballo de Spielberg, delfines y ballenas con muchos problemas, salmones en Yemen, gorilas y monos la mar de listos... hasta un castor de peluche en la mano de Mel Gibson y a Tigriño en la última de Almodóvar... y algún que otro hombre y alguna mujer... o al revés.
Ya lo dijo Bob Dylan: Dios puso nombre a los animales hace mucho tiempo, en el principio....
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